lunes, 4 de febrero de 2013


HISTORIA






En los Cerros Orientales de Bogotá por la vía que de Bogotá conduce al municipio de La Calera, en la Vereda El Páramo, un conglomerado de personas conformaron los Barrios, San Isidro I y II sector, San Luis y La Sureña entre los años 60’s y 80’s, estos Barrios pertenecieron a lo que era el municipio de Usaquén, pero desde 1.977 el Concejo de Bogotá dividió estas zonas en dos Localidades Usaquén y Chapinero no sumaban más de treinta familias en estas zonas, empezaron a reunirse personas de diferentes regiones del país atraídos por algunas fuentes de trabajo como las Areneras, canteras y transporte de carbón hacia la ciudad. Limitan al norte con la localidad de Usaquén, al oriente con el Municipio de la Calera y San Antonio, al sur con el Barrio La Esperanza, las Moyas y al occidente con Bosques de Bella Vista.


Pero al transcurso del tiempo los aljibes que les brindaban el preciado liquido, no eran suficientes lo que genero buscar alternativas de solución, fue así como emprendieron una aventura para obtener su propio sistema de conducción y almacenamiento del agua, el cual tendría algunas válvulas. Las personas que lideraban la organización comunitaria encontraron la fuente que podía abastecer del líquido preciado a los barrios, catorce kilómetros hacia el oriente del territorio en la vereda el Verjón.

Este esfuerzo comunitario que se gesto a través de varios años, en los que la comunidad debió hacer paros y plantones en la vía a la Calera, para exigir la continuidad de las obras, que apoyo en su momento inicial el programa DRI-PAN y la CAR. Es la mayor muestra de eficacia de la organización social, comunitaria y de la posibilidad que tienen las comunidades de garantizarse sus derechos y constituirse como garantes de los mismos para sus próximas generaciones, legando la historia y el patrimonio a sus descendientes.

El 3 de marzo de 1985 llega por fin el primer chorro de agua a los barrios, desde entonces el acueducto se ha consolidado como único prestador del servicio de acueducto y alcantarillado en el sector, la necesidad de la comunidad debía ser suplida y las entidades estatales creadas para ello fueron incapaces de hacerlo. El acueducto ha sido reconocido en su trayectoria por prestar un servicio de calidad y a costos moderados acordes con la situación económica de las personas habitantes del sector, los aportes recibidos por los usuarios son invertidos de nuevo en la asociación y en la prestación del servicio. Los monitoreos realizados por las entidades que vigilan la labor del acueducto han arrojado un manejo eficiente y transparente de los recursos materiales y del agua.

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